La transición al calzado minimalista es distinta para los adultos ya que nuestros cuerpos cargan con décadas de bagaje y consecuencias físicas de haber utilizado calzado tradicional. Muchos incluso contamos con patologías en los pies, rodillas, caderas y/o columna.
El consejo más importante es partir lento, usar el calzado de a poco e ir incrementando su uso a medida que pasan los días, semanas y meses (el tiempo será diferente para todos).
Un zapato plano con una puntera amplia va a permitir que el pie se mueva de una forma distinta a la que estás acostumbrado, pero pasa que producto de haber usado calzado rígido y con drop nuestros pies tienen los músculos totalmente atrofiados y los huesos deformados. Y esto afecta la alineación de todo el cuerpo hacia arriba, produciendo problemas en las rodillas, caderas y columna.
Una buena idea es complementar el uso de calzado minimalista con estar descalzo lo máximo posible y realizar ejercicios de fortalecimiento de pie. Es como cuando vas al gimnasio por primera vez, debes partir pocas veces por semana, levantar pesos bajos, y lentamente ir aumentando. Las primeras veces tu cuerpo va a doler, pero con el tiempo eso pasará.
No existe contraindicación para el uso de calzado minimalista si tienes alguna patología (juanetes, artrosis, pie plano, discopatías, etc.) Es un calzado cuyo único objetivo es proteger el pie y dejar que este se mueva de manera natural, y eso puede tomar tiempo. No te asustes si en un principio te genera dolor, es algo transitorio y no le pasa a todos, ninguna persona es igual a otra.
Si nunca usaste tacos ni zapatillas deportivas con mucha amortiguación puede ser que hagas la transición de forma muy rápida, y sin ninguna consecuencia. Si por el contrario estas acostumbrado a usar tacón y calzado rígido y amortiguado, necesitaras hacerlo lento, escuchar a tu cuerpo y darle un tiempo de adaptación.
Nuestro calzado es casual, no está pensado para correr. No hay problema con que uses calzados para actividades específicas (tenis, fútbol, correr, etc.). Lo importante es solo usarlo para la activadad y luego cambiar al ergonómico para disminuir el daño.
El mejor consejo es escuchar a tu cuerpo y seguir su ritmo.