Dudas frecuentes

Independiente de que estes buscando este calzado para tu bebé que empezó a caminar, para tu hijo más grande o para ti, debes seguir los mismos pasos.

El primero, y el más importante es saber qué talla comprar. Esto porque NO se puede usar como referencia otra marca. Para lograrlo debes medir el pie, siguiendo una serie de instrucciones especificadas en nuestra Guía de tallas.

Te recomendamos leerla completa, de manera de asegurar que estás siguiendo todos los pasos de manera correcta y así evitar errores que signifiquen tener que cambiar el calzado.

Una vez que sepas la talla, podrás saber a cuál de nuestras líneas corresponde (Baby, Toddler, Kids o Grown Ups), y entrar a ver las opciones que existen en cada una.

Te vas a encontrar con una gran variedad, la cual puede parecer abrumante en un principio. Recomendamos usar los filtros disponibles (talla, materiales y tipo de pie) para llegar a la opción exacta según tus preferencias y las características del pie.

Cada zapato cuenta con información clave si lo pinchas, se especifican todos los materiales, sus características, para que tipo de pie se aconseja, cómo se limpia, etc.

Revisa nuestra guía complera para primerizos haciendo click aquí

Un zapato ergonómico es aquel que NO Interfiere en el funcionamiento y desarrollo del pie, dejando que se comporte tal y como lo haría en su estado natural, es decir, descalzo.

Su función es protegerlo y acompañarlo en cada movimiento. Lo anterior es aún más importante en bebés y niños que están en etapa de desarrollo y sus huesos aún no osifican, por ende son fácilmente deformables por el calzado tradicional, lo cuál puede generar una serie de patologías futuras.



1. Horma Ancha: Debe seguir la forma natural del pie, sin comprimirlo en ningún punto, especialmente en el área de los dedos, que necesitan espacio para moverse con libertad.  

2. Suela Plana: Sin drop (desnivel) en ningún punto, ni en la suela exterior ni en la plantilla interior.

3. Suela Fina Según la edad desde 3mm hasta máximo 5mm para poder sentir todo lo que se pisa, logrando una marcha estable y balanceada.

4.Flexible: El pie se flexiona y torsiona en todas direcciones para poder impulsarnos al caminar, correr, saltar, etc. El zapato debe poder hacer exactamente lo mismo.

5. Liviano El peso excesivo afecta la marcha. La idea es no sentir que se llevan zapatos.

6. Contrafuerte Blando: La zona del talón no debe ser rígida, para no restringir el libre movimiento del tobillo. Debes poder deformarla fácilmente haciendo presión con los dedos.

7. Plantilla interna sin elementos anatómicos: Por ejemplo rehalces en el talón o la zona del arco levantada

Seguro has escuchado que los bebés necesitan zapatos para gatear y luego para "ayudarlos a caminar", con el objetivo de afirmar y darle estabilidad a sus pies y facilitar el proceso.

Los niños no necesitan zapatos antes de empezar a caminar, tampoco en la etapa de gateo. Es importante que este proceso se haga descalzo (si hace frío pueden
usar calcetines antideslizantes o un calzado muy minimalista como los Moccs).

Primero entendamos cómo es el pie de un bebé que aún no camina o que recién ha empezado a hacerlo:

1. Es totalmente plano: Contrario a lo que muchos creen, el pie de los bebés es plano, es decir, no tiene formado los arcos. Para que se desarrollaen el niño necesita madurar su marcha, fortalecer la musculatura y osificar sus huesos. Este proceso tarda alrededor de 7 años. Por este motivo es que no se recomienda el uso de plantillas para
evitarlo ni zapatos con el arco marcado. Un pie que descansa el arco sobre una almohadilla, lo único que logra es debilitar esta zona del pie, haciéndola más propensa a un pie plano futuro.

2. Es gordito: Muchos papás se preocupan que los zapatos no le calcen bien a su bebé porque tiene el empeine muy alto o es muy gordito. Esto es absolutamente normal, y se llama grasa plantar. Su
objetivo es ser la amortiguación natural del pie cuando este empieza a pararse y a dar sus primeros pasos. A medida que el niño madura su marcha esta va desapareciendo y el pie se hace más esbelto.

3. Está compuesto de cartílago y no de hueso: Es un pie totalmente moldeable, y tarda hasta los 13 años de edad en osificar completamente. El talón tiene un hueso que se llama "calcáneo" y este osifica solamente si se produce impacto directo contra el suelo. Si colocamos un zapato amortiguado, este hueso no se desarrolla, si además tiene una horma estrecha, su osificación se ve totalmente alterada.

4. Es inestable: Cuando el niño se para por primera vez, notarás que camina chueco, con las piernas arqueadas, o que se le va el pie hacia adentro. Imagina que nunca han estado de pie! y es toda una
hazaña controla el cuerpo en esta nueva posición. Deben aprender a usar y fortalecer músculos que nunca habían usado y todo esto es un proceso. Se van a caer, perderán el equilibrio y todo esto es totalmente normal. Un zapato rígido
que feruliza el pie solo da una sensación falsa de estabilidad, y no permite que la musculatura necesaria se fortalezca.

5. Son la parte más sensible del cuerpo: Incluso más que las manos. Son las extremidades con más terminaciones nerviosas y si les colocas un zapato, sobre todo
uno tradicional lo privas de información sensorial de su alrededor y del desarrollo de la Propiocepción, que es clave en niños pequeños. La propiocepción es la forma en que nuestro cerebro nos da información de nuestro
alrededor (temperatura, ubicación de nuestro cuerpo en el espacio, etc.), esto ayuda a los niños a moverse con mayor confianza y seguridad y entender el espacio que los rodea.

Entonces ¿cuándo usar zapatos por primera vez?

Una vez que ya se inició la marcha, es decir, caminan totalmente solos,
sin apoyos ni ayuda más de 10 pasos, puedes usar un calzado ergonómico, pero jamás con el objetivo de "ayudarlos" a caminar. El único objetivo debe ser PROTEGER¿De qué? Entornos no controlados como exteriores donde se puedan hacer heridas,
superficies extremadamente frías o calientes, etc.  

Tenemos distintas opciones de zapatos según el tipo de pie. Esto ya que ningún pie es igual a otro, y su forma varía según la edad y etapa de la marcha.

Clasificamos los tipos de pie según su empeine en tres:

1. Empeine bajo: Es aquel pie que es muy fino o delgado. Los zapatos muy anchos o con sistemas de regulación de solo velcros quedan demasiado sueltos, y se tienen que apretar muchísimo para poder usarlos, dejando exceso de velcro en los laterales.

2. Empeine normal: Es aquel que no tiene el empeine ni alto ni bajo. La mejor forma de reconocerlo es porque puede usar cualquier sistema de regulación, sin quedarle uno mejor que el otro.

3. Empeine alto: Son los pies "gorditos", por ende zapatos sin sistema de regulación o con uno que se abra poco resultan muy incómodos y difíciles de poner. Lo mejor para este tipo de pie son los zapatos cuyo sistema de regulación permite una gran apertura, como por ejemplo los velcros.

Si filtras nuestros zapatos por alguno de estos tres tipos te encontrarás con que hay modelos especificos para cada uno, y lo que los diferencia es su sistema de regulación, es decir, como se ajustan al pie. Tenemos opciones con doble velcro, velcro más elástico, cordones elasticados, etc.

Puedes revisar nuestra guía de tipos de pie haciendo click aquí

Es la diferencia de altura entre la zona de los dedos y el talón. Comúnmente asociamos este desnivel a los tacones, pero en la práctica, la mayoría de los zapatos tienen drop, y en muchos incluso
está escondido debajo de la plantilla interna.

¿Cómo identificar si un zapato tiene drop?

1. Tacón tradicional: Puede estar de forma muy evidente con un tacón en la zona del talón.

2. Suela externa: Se ve por fuera del zapato, cuando es más alto atrás que adelante. Este es el caso de prácticamente todo el calzado deportivo y casual, cuyas suelas tienen formas extrañas y un drop muy notorio en la parte posterior.

3. Oculto en la plantilla interna o bajo esta: Muchos zapatos que se ven planos por fuera traen tacones de espuma debajo de la plantilla interna, o bien una plantilla interna con drop. No lo vas a notar a
menos que se la saques y mires por debajo.

¿Porqué no es recomendado usar zapatos con Drop?

Modifica el centro de gravedad natural del cuerpo, el cual permite una distribución uniforme del peso en los pies. El desnivel traslada el peso hacia la parte delantera donde están los dedos. Para compensarlo nuestro cuerpo se inclina hacia atrás, desalineando la posición de las rodillas, las caderas y la columna. Esto hace exijan ciertas zonas más que otras.

Afecta el movimiento natural del pie. Mientras mayor el drop, más cuesta realizar la pisada en el orden talón- metatarsos. En la práctica se termina pisando directo con la zona delantera, ejerciendo presiones y fuerzas que no está diseñado para soportar. Además, el hueso calcáneo del talón está diseñado para absorber y amortiguar las fuerzas del impacto contra el suelo y al desplazarlas a la zona de los dedos se atrofia.

Acorta los ligamentos y tendones de la parte posterior de la pierna y desestabiliza el tobillo, dejándolo en una posición donde le es muy fácil lesionarse.Si sumamos a lo anterior que una persona pasa muchos años
de su vida con zapatos, el cuerpo se termina adaptando y cambiando su comportamiento natural, lo cual nos predispone a dolores y problemas en nuestros músculos y articulaciones.

Claro que vale la pena. Pasa que creemos que se han acostumbrado al tradicional y que no les ha pasado nada producto de usarlos, lo cual es una idea errada, te explicamos porqué:

1. El pie toma la forma del zapato que usa: El pie está en formación hasta los 13 años de edad y es totalmente moldeable. Esto afecta totalmente su funcionamiento. Puedes no notarlo en un principio, pero si con los años.

2.Una disfunción en el pie no necesariamente da dolor en el pie: las rodillas, las caderas y la espalda compensan todo el trabajo que el pie deja de hacer o hace mal. El error es que cuando nos duele solo tratamos esa extremidad y no vemos al cuerpo como un todo conectado.

3. Los niños no se suelen quejar: O bien, los ignoramos. Sácale los zapatos a tu hijo y pregúntale qué siente, si le molesta algo. Fíjate si anda más cómodo descalzo o si bien ya le cuesta estarlo debido
al exceso de tiempo con zapatos restrictivos.

4. El pie funciona de cierta forma, y cuando se ve alterada, normalizamos los cambios que produce en nuestro cuerpo o pensamos que se deben a otra razón: El pie funciona como un trípode y se sostiene en arcos que le dan fuerza y estabilidad para soportar el peso del cuerpo y absorber el impacto. Si el trípode o el arco se ve comprometido, toda la mecánica cambia, afectando otras zonas del cuerpo.

5. Hemos normalizado un aspecto y forma de pie que no es real: Te desafío a quitarte los zapatos y los de tu hijo y mirar la alineación de los dedos. También a moverlos y separarlos entre sí ¿Puede hacerlo? ¿Tiene el dedo gordo recto o en aducción? ¿Puede mover los dedos de forma independiente, en especial el dedo gordo?

6. Las consecuencias son directamente proporcionales al tiempo de uso del zapato: Muchas se ven en la adolescencia y/o adultez y no cuando son niños pequeños.

Entonces nunca es tarde para cambiarse, son muchos los niños que lo están haciendo con resultados muy favorables.  

Nos preguntan mucho si los niños pueden usar sus zapatillas de colegio para hacer gimnasia.

Nuestra recomendación es la siguiente:

Si el niño va a jugar un deporte que requiere calzado "especifico" ya sea por el tipo de suelo, movimiento o porque es de caracter competitivo (ejemplo, fútbol en pasto o rugby), se recomienda que el niño use su calzado ergo y se cambie al especifico SOLO en el momento que realiza la actividad .

El problema es cuando usan la zapatilla de fútbol, running, basketball u otro para el día a día, normalizando su uso como uno casual, pero tu no irías con zapatos de ballet, de bowling o de nieve a caminar por el mall ¿cierto?

Dicho lo anterior, hay peques que simplemente se reusan a usar otro zapato que no sea ergo dada la restricción de movimiento que les genera. En ese caso recomendamos escuchar y observar al niño si se siente cómodo. Nuestras suelas de goma natural son muy antideslizantes, si observas que tu peque está cómodo y realiza la actividad sin problema, entonces las puede usar. Solo considerar que según la actividad podría significar que la zapatilla se desgaste más rápido.

Si el uso de calzado específico es imperativo, pero tu peque simplemente se rehusa a usarlo, o bien se lo exigen en el colegio, puedes buscar opciones ergonómicas pensadas para hacer actividades deportivas, como la marca Saguaro.

La transición al calzado minimalista es distinta para los adultos que para los niños, ya que nuestros cuerpos cargan con décadas de bagaje y consecuencias físicas de haber utilizado calzado tradicional. Muchos incluso contamos con patologías en los pies, rodillas, caderas y/o columna.

El consejo más importante es partir lento, usar el calzado de a poco e ir incrementando su uso a medida que pasan los días, semanas y meses (el tiempo será diferente para todos).

Un zapato plano con una puntera amplia va a permitir que el pie se mueva de una forma distinta a la que estás acostumbrado, pero pasa que producto de haber usado calzado rígido y con drop nuestros pies tienen los músculos totalmente atrofiados y los huesos deformados. Esto afecta la alineación de todo el cuerpo hacia arriba, produciendo problemas en las rodillas, caderas y columna. 

Una buena idea es complementar el uso de calzado minimalista con estar descalzo lo máximo posible y realizar ejercicios de fortalecimiento de pie. Es como cuando vas al gimnasio por primera vez, debes partir pocas veces por semana, levantar pesos bajos, y lentamente ir aumentando. Las primeras veces tu cuerpo va a doler, pero con el tiempo eso pasará.

No existe contraindicación para el uso de calzado minimalista si tienes alguna patología (juanetes, artrosis, pie plano, discopatías, etc.) Es un calzado cuyo único objetivo es proteger el pie y dejar que este se mueva de manera natural, y eso puede tomar tiempo. No te asustes si en un principio te genera dolor, es algo transitorio y no le pasa a todos, ninguna persona es igual a otra.

Si nunca usaste tacos ni zapatillas deportivas con mucha amortiguación puede ser que hagas la transición de forma muy rápida, y sin ninguna consecuencia. Si por el contrario estas acostumbrado a usar tacón y calzado rígido y amortiguado, necesitaras hacerlo lento, escuchar a tu cuerpo y darle un tiempo de adaptación.

Nuestro calzado es casual, no está pensado para correr. No hay problema con que uses calzados para actividades específicas (tenis, fútbol, correr, etc.). Lo importante es solo usarlo para la actividad y luego cambiar al ergonómico para disminuir el daño.

El mejor consejo es escuchar a tu cuerpo y seguir su ritmo.

Todos nacemos con el pie. totalmente plano, y desarrollamos el arco plantar recién entre los 4 a 6 años aproximadamente. Esto quiere decir que es algo totalmente fisiológico y normal.

¿Porqué? El arco plantar "necesita" de todos esos años ya que se forma fortaleciendo los huesos y músculos que lo componen. 

Los bebés al caminar apoyan toda la planta del pie en el suelo, sin apreciarse arco en la parte interna, y esto es así hasta los 3-4 años pero no porque morfológicamente el pie sea plano, sino porque esa zona está llena de grasa y porque los ligamentos son todavía muy elásticos.

A medida que los niños caminan, a medida que utilizan los pies en el suelo de casa, en la playa, que suben a sitios y que, en definitiva, los ejercitan, la musculatura del pie se va fortaleciendo, el depósito de grasa va desapareciendo y el arco plantar se va formando.

Decimos que esto sucede hasta los 3-4 años, pero es normal también ver a niños de hasta 6 años con el pie plano porque aún se le está formando el arco plantar

¿Porqué no debemos usar calzado o plantillas con el arco marcado?

Los arcos del pie le permiten amortiguar los impactos a los que sometemos a nuestros pies en cada paso, nos permiten mantenernos erguidos, distribuyen la carga uniformemente, y permiten que el pie se moldee al terreno en el que caminamos perfectamente.

El arco plantar está diseñado para soportar el peso del cuerpo de forma dinámica, funciona como una "bóveda" que impulsa el movimiento de la pierna durante el paso, contrayendo y estirándose para lograrlo.

Si ponemos una almohadilla debajo, no dejamos que el arco trabaje de manera natural, quedando más propensos a lesiones y dolores de todo tipo, sin mencionar que además se frena totalmente el desarrollo de esta pieza tan clave del pie.

La mejor forma de fortalecer y desarrollar el arco es en definitiva usarlo. Caminar, correr, saltar y hacerlo en superficies irregulares descalzo o con un zapato respetuoso que imita esta condición.